Esta semana he hecho un descubrimiento y lo quiero compartir.
Es de la familia de las crucíferas o brasicáceas (col, coliflor, brócoli…)
Y esto es lo que he podido averiguar por ahora:
Lleva un tipo de fibra que se llama pectina que es buena para desintoxicar por lo que ayudar a eliminar residuos y desintoxicar el organismo.
Rico en vitaminas y minerales en especial vitaminas A, C, K, B1, B2, B3, B5, B6, B9 y en minerales como el manganeso, magnesio, potasio y el fósforo.
Los beneficios que se le atribuyen son:
- Reduce el colesterol malo.
- Diurética y depurativa.
- Anticancerígena. (preventiva).
- Preventiva de los trastornos cardiovasculares.
- Preventiva del deterioro cerebral.
Receta sencilla.
Ingredientes:
- 1 romanesco.
- 2 patatas.
- Ajo.
- Perejil.
- Aceite.
- Clavo molido.
- Salsa Tamari.
Elaboración:
Trocear y lavar el romanesco.
Pelar, lavar y trocear las patatas.
Cocer el romanesco y las patatas al vapor. El tiempo depende del tamaño de los trozos de patata y romanesco. Lo he programado para 40 minutos y lo he vigilado pinchando con el tenedor. Cuando entraba bien sin estar blando lo he ido retirando y colocado en el plato.
Hay que tener en cuenta que el romanesco se puede comer crudo, por lo tanto mejor pecar de un pelín duro que no de excesivamente blando. Ya que si las verduras las cocinas de más, significa perder nutrientes.
Salsas:
He acompañado el plato con dos tipos de salsa, para probar y ver cual me gusta más y la verdad. Las dos me han gustado y son fáciles de hacer.
- salsa tamari a partes iguales con aceite. Agitar bien antes de servir.
- el ajo y el perejil bien picados y un poco de clavo molido (también puedes espolvorear el clavo molido por encima de la patata y el romanesco). Añade aceite a gusto y bátelo o tritúralo. Como si quisieras hacer una mayonesa liquida sin huevo. Según la cantidad de perejil queda una salsa verde.
